Este queso se elabora de manera artesanal en varios pueblos del oriente asturiano (el principal Porrúa, del que toma su nombre), situados en la estribación norte de la sierra del Cuera, concretamente dentro del Concejo de Llanes.
De arraigada tradición ganadera, en esta zona comenzó a hacerse queso por el excedente de leche. Al principio sólo se usaba para consumo de las propias familias o como medio de pago, pero en las últimas décadas, gracias al tirón de los nuevos productores y al interés creciente por la cultura popular, se ha recuperado la tradición quesera para su comercialización. No son pocos los que descubren los muchos quesos que hay en la zona de Llanes y alrededores.
Generalmente este queso se hace a base leche de vaca, aunque entre los meses de abril y agosto se utiliza también leche de oveja o cabra, y se comercializa en dos modalidades, fresco y maduro.
Se elabora a partir de leche pasteurizada, que se calienta y se mezcla con el cuajo. Una vez cuajada la mezcla, se parte en pequeños trozos para que se vaya separando el suero de la leche. Después se introduce en moldes para prensarlo. El queso fresco ya estaría listo para consumir.
El otro tiene que terminar de desuerar y madurar, volteándose todos los días durante tres semanas.
El resultado es un queso semiblando y cremoso, de color amarillo pálido y sabor suave aunque un poco ácido.
